Si te paras tranquilamente, quizás veas las ardillas (descubiertas por un huésped del Hotel) que se alojan en los árboles cercanos a la terraza. Afina el oído, porque escucharás toda clase de pajarillos cantar. El espectáculo de la naturaleza está ahora en su máximo apogeo -la primavera ocupa con fuerza nuestro espacio y nuestro ánimo-.